Aprendiendo a decir «basta»

Publicado el 5 de noviembre de 2011

Porque la niña de la falda de colegiala no sabe que la estoy mirando. Porque me recuerda a mí misma. Porque un día no supo dónde caminar y sin embargo continuó haciéndolo, sin darse cuenta, sin decidir dónde poner el siguiente pie. Y caminó y caminó y caminó hasta que los pies se le agrietaron y comenzaron a caerle las uñas, negras de tanto caminar. Y nunca supo qué hacer con esos pies que jamás le obedecieron porque ella siempre quiso frenar de golpe. Siempre quiso decir basta y nunca se atrevió. Y fueron sus pies, agrietados y sin uñas los que un día dijeron que ya no caminaría más en contra de su voluntad. Y entonces paró. Y aquí me encuentro, en ese momento en el que detrás se oye el fracaso, delante te persigue el futuro y aquí, ahora, es mejor dejar de respirar. Porque la niña con la falda de colegiala no sabe que ella, como yo, tampoco dejará de caminar, hasta el día que aprenda a decir basta.

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