Creo que no necesitaba esta celebración

Publicado el 4 de agosto de 2015

Vale, sí, ya tengo mi sentencia de divorcio y por fin soy libre, pero ¿compartirlo así, como si fuera una victoria? No es una victoria, sino un fracaso. Fracaso no haberlo visto venir, fracaso no haberlo superado, fracaso que nadie me lo dijera… Pero hoy sí, hoy todo el mundo lo había visto venir, a nadie le caía bien, ni siquiera a mi hermana. Resulta que nunca habían dado un duro por nuestra relación, y ¿me entero hoy? ¿Quince años después y con la sentencia de divorcio en la mano? Y, si no, la prima Vero que dice que sospechó hace dos años, una Nochebuena que fui sola con los niños a la cena familiar porque él estaba con su abuelita de León. Y no solo porque le pareciera sospechoso, como le resultó a todo el mundo, parece ser menos a mí, lo de la abuelita de León, sino porque ella se lo encontró más tarde tomando copas… y yo me entero hoy. ¿Hubiera querido saberlo entonces? Imagino que no, pero si no lo supe entonces, ¿para qué querría saberlo hoy? No, definitivamente, no necesitaba esta celebración.

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