Gritos

Publicado el 5 de septiembre de 2008

No le he contado a Beatriz que ya eran las cuatro de la mañana cuando me entregué toda entera. Que él buscaba y encontraba todos los huecos de mi cuerpo donde me hacía estremecer. Que cuando se acomodó entre mis piernas gocé de ser mujer. Que mi cuerpo emocionado tembló con él, junto a él, debajo de él y entonces grité. Y grité muy fuerte y él gritó también, pero no tanto como yo, porque él nunca ha sufrido que le silenciaran, porque él no ha tenido vergüenza de gritar, porque a él no le han impuesto que calle su grito… Después me dio la risa y se lo conté todo. Y se sintió triste por mí y contento también porque ahora ya puedo gritar con él, y después nos duchamos y debajo del agua también gozamos. Y ya eran las seis de la mañana y me llevó en brazos a la cama y aquí nos hemos quedado, dormidos, desnudos, enredados, hasta hace un rato… Tampoco le he contado a Beatriz que es la primera vez en mi vida que me siento así, tan entregada, tan vulnerable…

2 comentarios

Qué manera de manejar al personal… De los tiernos recuerdos de la infancia al erotismo más sugerente. Nos tienes «pillaos»!!

por Coolebra el septiembre 7, 2008 a las 1:57 pm. Responder #

Yo no debería leer estas cosas… estoy de reposo…

por María el septiembre 7, 2008 a las 4:43 pm. Responder #

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