Hace más de 50 años

Publicado el 4 de agosto de 2008

Pepita llama orgullosa a su marido. Se burla de todos los que tienen que inventar «cariños», «chiquis» o «amores» para nombrar a sus parejas. Ella solo grita ostentosa el nombre de su «Amat» y aunque a continuación no haga más que chillarle y regañarle por cualquier cosa, ya le ha dicho que le quiere… Hace más de 50 años que Pepita grita «Amat» cada vez que se le escapa una gallina, cuando él le pisa una tomatera recién plantada o si entra en la cocina, sin meterse en la ducha, después de dar de comer a los cerdos. Hace más de 50 años que Amat escucha la voz gritona y penetrante de Pepita cuando está lista la cena, cuando Misho coge una rata o si descubre una nueva gotera. Y a pesar de aquella noche de sábado que sonó el teléfono para que alguien les dijera que su hijo pequeño había tenido un accidente de coche, del que no vivió más; a pesar de la mísera pensión de pagés; a pesar de la presión de los ricos del pueblo que quieren que quiten las granjas de cerdos, para no soportar su olor; a pesar de los camiones que rozan la ventana del dormitorio, desde que hicieron la carretera a la playa justo por su terreno que quedó dividido en dos; Pepita, desde hace más de 50 años, sale cada noche de la ducha, en verano y en invierno, y entra en la cama, completamente mojada para acurrucarse junto a Amat que hace como que le despierta, como que no la espera y mientras la seca con su cuerpo ambos se ríen de su broma infinita.

Un comentario

Se nota que estás de vacaciones y en un entorno rural.

por anónimo el agosto 5, 2008 a las 11:42 am. Responder #

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