Hasta no se sabe cuándo

Publicado el 2 de octubre de 2015

Lucía se recoge el pelo ante el espejo. Su pelo castaño claro, en una trenza angelical que recuerda su niñez. Pero ya tiene 32 años y su mundo de cristal se está empezando a tambalear. Los niños en el colegio, la casa recogida, la comida preparada y su cita con él. Su primera vez. ¿Antonio sospechará? Las piernas se le paralizan en el segundo paso. Retrocede. De vuelta en casa, se lamenta. Pero ¿por qué no? Él también lo hace… Y sabe que ese argumento aún la paraliza más. Lucía se deshace la trenza ante su espejo, en un día que pudo y no fue, aunque ni ella sabe hasta cuándo.

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