Si pudieran hacerlo al revés…
Publicado el 8 de marzo de 2021
Marian ha hecho las cuentas veinticinco millones de veces. Un 18% menos de salario que el de él deja las cosas muy claras. Fran no quiere volver al trabajo. Sabe que el mayor le necesita a su lado. Que Marian desde el embarazo y el parto de la pequeña tiene menos paciencia, y su mundo particular, desde el espectro autista, se aferra a la presencia de su padre. Fue él quien quiso tener un segundo; ella quien puso los tiempos para no volver a detener su carrera profesional. Pero él gana más que ella, un 18% más. Anoche le escuchó llorar con el biberón de las tres. «Ya lo hago yo, que mañana madrugas», le dijo ella. «No me quites esto también», respondió él sin enfado. «Despiértale con tiempo», le dice Fran a Marian por la mañana como despedida, antes de su beso tembloroso. Ella con la bebé en brazos, él con la americana que ha conseguido no ensuciar de papilla. Ella apoya su espalda en la puerta y cierra los ojos, dentro de casa. Él hace lo mismo al otro lado, en el rellano. «No va a poder», dicen los dos en un susurro pensando en el otro. Una lágrima rueda por sus rostros pensando en sí mismos.
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