Madre

Publicado el 5 de mayo de 2019

Un 4 de julio me convertí en madre. Otro 4 de julio lo corroboré. Un día cualquiera esa madre no se acostó bajando la fiebre y quince años después volvió a hacerlo hablando de amores. Una madre cualquiera que reniega casi todas las tardes, «Deja ya el móvil y ponte a estudiar». Esa madre que recibe un WhatsApp inesperado en medio de la calle, «Te quiero mucho, mami», y sonríe sola pareciendo una loca. Una madre que ha pasado ocho años con las dichosas Mates y que un buen día le dan un 8 en la prueba de acceso a la Universidad. Esa madre que vuelve a renegar por las mañanas, «Levántate ya, que llegas tarde», y le devuelven un beso de leche tras el desayuno. Una madre que a las dos de la mañana recibe otro WhatsApp, «Ven a por mí que no sé volver», y entre sueño y malhumor coge el coche y acaban volviendo las tres dobladas de la risa por su mala orientación y la mujer que habla en el google maps. Esa madre que todos los 4 de julio, entre familia, velas y tartas, recuerda su palabra favorita de todos los días: madre.

Deja un comentario

Requerido.

Requerido. No será publicado.