Mañana será
Publicado el 4 de mayo de 2017
Rosi sale a las tres esta noche. Pero porque es domingo. El viernes y el sábado ya se le hicieron las cinco poniendo copas. Menos mal que el lunes libra porque tiene los pies destrozados y ella ya no está para esos trotes. Y en toda la noche no se le ha ido de la cabeza la Yessi. Antes su padre se quedaba con ella todos los fines de semana y ella entre semana, pero ahora la niña ya tiene trece años y pasa de irse siempre con él, que si los amigos, que si su padre vive lejos, que si su medio hermano es un caprichoso. Y no la convence. Miedo le de aparecer hoy por casa porque ayer la pilló grabándose en bolas en la web-cam. Sí, ya tuvieron la charla y le ha prohibido chatear con desconocidos. Pero ¿qué se le habrá ocurrido hacer hoy? Y mañana tiene examen de Historia… En dos paradas tiene que bajarse y soportar otra imagen como la de ayer, o peor, aunque no se le ocurre aún qué puede ser peor. Rosi no baja en su parada, pero sigue pensando en la Yessi. Casi se tira del autobús en la siguiente calle y corre como loca tachándose de mala madre, otra vez. Sube los cinco pisos sin ascensor y encuentra a la Yessi durmiendo; ya son las tres y media del casi lunes y por fin respira tranquila. Se mete en la cama y no puede dormir, sabe que su venda en los ojos no les ayuda a ninguna. Mañana será.
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