Sala de pediatría

Publicado el 23 de enero de 2018

La sala de pediatría está abarrotada. Las enfermeras no dan abasto con toda esa gente entrando y saliendo. Niños llorando, padres histéricos, termómetros, vómitos, inyecciones, inhaladores… Sara no puede más. Es su segunda semana en urgencias de pediatría y todavía le quedan seis horas de guardia. Su primer contrato justo en repunte de gripe. Niños atendidos en los pasillos, camillas en triaje, los pediatras sin aparecer, los auxiliares de aquí para allá sin parar y ella diagnosticando. Toda la carrera estudiando que los enfermeros no diagnostican y en sus primeras dos semanas no ha dejado de hacerlo. Bueno, para decir que es gripe tampoco hace falta el MIR.

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