Amor

Publicado el 9 de febrero de 2010

La pequeña Miriam y Henri, el saboteador, huían de la mafia cuando les sorprendió el terremoto. Han quedado atrapados entre los escombros de un edificio y aunque tocan dos de sus dedos con dos del otro no se pueden mover. La boca de Henri sabe a sangre y a cal pero él sabe que saldrá vivo de ésta. No sufre por él sino por la pequeña Miriam, la haitiana de cinco años, que parecía deficiente mental y que se le había pegado a él como si fuera una hermana pequeña; la hermana que nunca tuvo, la familia que no conoció. Henri sólo tiene siete años y hoy sabe lo que es amar a la pequeña Miriam, a la que oye gemir y llamarle y puede tocar con sus dedos estirados y gritarle que resista que vendrán a por ellos.

3 comentarios

Evidentemente se salvan y los adopta una familia maravillosa…
ya está…

por maria el febrero 10, 2010 a las 11:25 pm. Responder #

Claro; yo también lo creo.

por Marta Salvador el febrero 11, 2010 a las 11:44 am. Responder #

Dices algo que es lo que mantiene la esperanza. En la tragedia es mejor estar unidos.El otro día me llegó de alguna lectura? que los presos que sobrevivieron en los campos de concentración naci fueron aquellos que compartieron comida y esfuerzos. Esto es lo que deberían hacer en Haiti, y no ir a la deseperada robándose y matándose unos a otros.

por carmela el febrero 12, 2010 a las 9:10 pm. Responder #

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