Nueve letras

Publicado el 22 de agosto de 2011

Mi vida se me quebró entre las manos aquel 19 de mayo cuando recibí esta carta que leo y releo una y otra vez con la ilusión de que este papel se deshaga ante mi imaginación quedando todo en una macabra pero inocente pesadilla. Y en cambio sigue entre mis dedos recordándome el día que la leí por primera vez: todas las palabras se me borraron ante mi vista incrédula y sólo una, agresiva y virulenta, se me echaba encima con voraz prepotencia. La D mayúscula se me clavó en el entrecejo. La e saltó del papel para golpear mis sienes. La s susurró con ironía una nana macabra. La a quiso ahogarme con sus garras cuando la h saltó directa a mi yugular. La u fue más noble, aunque no pudo evitar desgarrarme el alma. La c, con malas artes, se desprendió de la carta firmada por el banco hasta dejarme sin respiración. La i, como un cuchillo, se me quedó dentro, cuando la o, un proyectil envenenado, se me instaló en el corazón. Era el desahucio, del que ni mi vecina ni esas asociaciones con tantas siglas, ni los indignados de mi barrio me han podido librar. Esta noche duermo en la calle, con nueve letras prendidas para siempre de mi apellido.

Un comentario

Después vendrá una M de: Mañana Marta Moverá Montañas

por Manuelo elefantiásico el agosto 23, 2011 a las 7:28 am. Responder #

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