El 10 que necesitaba

Publicado el 23 de mayo de 2018

Samuel tenía 17 años, un chaval de buena familia, el típico niño mono, rubito con ojos azules, pero era un poco gay. Y digo “pero” porque a Carla le gustaba su amigo Samuel y no sabía si ella a él también. Quedaban a estudiar, hacían los deberes juntos, salían en pandilla al cine. Carla era de matrículas, Samuel, de notables. Ella quería hacer Medicina, él Coreografía y ciencias de la danza. En unos meses se separarían. Ella se quedaría en Valencia y él se tendría que marchar a Madrid o Barcelona. Pero Samuel necesitaba un 8 en el Selectivo y por eso se arrimaba al cerebro de Carla para que le explicara las tablas de verdad de Filosofía o el pronombre de relativo de Castellano. Carla se había enamorado de verdad y su mente de matrícula le decía que no debería, que tal vez solo se estaba aprovechando de ella, como otras veces ya le había pasado, que él era muy gay y que solo era su amigo, que aunque estuviera enamorado de ella, él prefería marcharse a bailar ballet clásico… ¿Y dónde quedaba ella? Carla siempre había sido una niña buena: pelirroja, tímida, insegura, de las empollonas que nunca había roto un plato, pero se había encaprichado de Samuel. Estaban nerviosos por el Selectivo. Se jugaban su futuro inmediato, su amistad, su relación, y esa tabla de verdad se le seguía resistiendo a Samuel. Carla le entregó una tabla manipulada que no era de verdad, sino de no verdad. Se metió la mano en los bolsillos y silbó. Ella sí sacó el 10 que necesitaba.

Deja un comentario

Requerido.

Requerido. No será publicado.